lunes, 21 de julio de 2025

La Romana-Bayahibe: Un Destino Integral

Paola Reyes.

Ubicado en la costa sureste de la República Dominicana, el destino turístico La Romana–Bayahibe se ha consolidado como uno de los más completos y encantadores del Caribe. Su diversidad de atractivos, que incluye playas de arena blanca, aguas turquesas, una rica herencia cultural y una amplia oferta hotelera, lo convierte en una joya para viajeros que buscan descanso, aventura o una conexión con la naturaleza.

Este destino abarca tres provincias claves de la región Este: San Pedro de Macorís, La Romana y La Altagracia. Su historia turística se remonta a inicios del siglo XX, cuando la South Puerto Rico Sugar Company se estableció en La Romana en 1912.

Según el libro Memoria Histórica de La Romana Contemporánea, esta empresa construyó viviendas en piedra y mampostería para sus más altos ejecutivos y un muelle de carga en la desembocadura del río, lo que atrajo visitantes de todo el país.

Con el tiempo, la compañía desarrolló un club social costero donde celebraban actividades como el famoso "Baile de la Caña", marcando así el inicio del turismo de eventos en la zona. En 1967, Gulf & Western adquirió la empresa y transformó el club en el Hotel Romana, que ofrecía recorridos en locomotora, paseos a caballo, visitas a Playa Minitas y Rio Chavón.

El impulso definitivo llegó en los años 70 con la construcción del campo de golf Teeth of the Dog y el nacimiento del hotel Casa de Campo, inaugurado en 1975. Luego, en 1976, una montaña de piedra fue dinamitada para construir una carretera. Charles Bluhdorn, presidente de la compañía, decidió aprovechar esas piedras para construir Altos de Chavón, una villa de estilo mediterráneo del siglo XVI que se convertiría en uno de los principales escenarios de bodas y eventos del país, cita el libro.

En una conversación con la directora ejecutiva del clúster turístico La Romana-Bayahíbe, Ana García Sotoca nos expresó que Casa de Campo, con su marina
privada, campos de golf y el centro cultural Altos de Chavón, atrajo a un público internacional de alto nivel, marcando un antes y un después en el turismo de lujo en la República Dominicana.
Ana, nos contó que, el pueblo costero de Bayahíbe, originalmente era una comunidad de pescadores y comenzó a integrarse al turismo tras la construcción de la carretera hacia el hotel Dominicus en 1977. La llegada del hotel Viva Dominicus Beach by Wyndham a finales de los 80 consolidó el modelo de hoteles todo incluido en la zona.

Hoy en día, Bayahibe combina naturaleza, cultura comunitaria y hospitalidad. En sus playas certificadas con Bandera Azul, como Dominicus, Bayahibe y otras, se practican actividades acuáticas como el buceo y el snorkel.

Entre sus tesoros naturales está el Parque Nacional Cotubanamá, que alberga la famosa Isla Saona, uno de los lugares más visitados del país por su biodiversidad marina, playas vírgenes y el pueblo ecológico Mano Juan. También destaca la Isla Catalina, ideal para buceo, y el sendero ecoturístico Padre Nuestro, con visitas a la cueva de Chicho y su manantial subterráneo, citó Sotoca.

En la zona costera entre San Pedro de Macorís y La Romana se encuentra la impresionante Cueva de las Maravillas, una formación subterránea con más de 500 pictografías taínas, accesible para personas con discapacidad.

El turismo en La Romana también incluye opciones de compras. Desde los años 90, el sector de Villa Panties en Caleta se volvió popular por la venta de ropa interior de calidad a bajo costo. Hoy, Caleta vive un auge económico con la apertura del Hotel Hilton Garden Inn y nuevos proyectos inmobiliarios. Su playa pública, con restaurantes y bares en el malecón, es una de las más concurridas por locales y visitantes.

Un punto destacado del destino es Playa Nueva Romana, una exclusiva comunidad residencial del Grupo Piñero, donde se encuentra el hotel Bahía Príncipe La Romana. Es el único complejo de la zona con un campo de golf afiliado a la PGA of America, ideal para golfistas e inversionistas que buscan lujo y tranquilidad.

El turismo de cruceros también forma parte vital del desarrollo. La terminal de cruceros de La Romana, ubicada a solo 5 minutos del aeropuerto, recibe hasta dos cruceros por día en temporada alta. Muchos visitantes realizan excursiones a Saona o Catalina, o hacen recorridos por el centro de la ciudad.

El destino cuenta actualmente con unas 5,800 habitaciones en 15 resorts de 4 y 5 estrellas, así como hoteles boutique y pequeños hospedajes. Los principales países emisores de turistas son Estados Unidos, Argentina, Italia, Francia y Alemania, información ofrecida por Ana Sotoca.

En San Rafael del Yuma, parte del circuito histórico, se encuentra la Fortaleza de Juan Ponce de León y atractivos como la cueva de Berna, el hoyo Zumbador y el muelle pesquero de Boca de Yuma, desde donde parten excursiones hacia las islas.

Finalmente, organizaciones como la Fundación Dominicana de Estudios Marinos (FUNDEMAR), ubicada en Bayahibe, trabajan por la conservación del medioambiente marino y ofrecen experiencias educativas como visitas a viveros de corales.

Un destino integral

La Romana–Bayahibe es mucho más que sol y playa. Es un destino donde convergen cultura, historia, naturaleza, lujo y comunidad, creando una experiencia inolvidable para todo tipo de visitante. Ya sea explorando sus pueblos pesqueros, sumergiéndose en sus aguas cristalinas o disfrutando de un resort de clase mundial, este rincón del Caribe tiene algo especial para cada viajero. (Publicado originalmente en 
https://issuu.com/edicionescabrer)

 

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