Oscar López Reyes.
¡Ten cuidado! (6), que será agredido: “Más que a escucharte, he venido a evitar una tragedia”, me susurró el caballero momentos antes de yo dictar una conferencia en un pueblo del Sur, en el 2014. Discretamente me identificó a los dos jóvenes -que parece que pertenecían a un grupo desprendido de un reducto del Movimiento de Liberación Trinitarios- que tenían asignada la misión de embestirme por haber planteado la hipótesis del suicidio de Narciso González (Narcisazo). Dos de mis acompañantes se acercaron a ellos, y les advirtieron las consecuencias de la acción que tenían proyectada ejecutar, por lo cual se retiraron de inmediato. Días antes, un amigo inseparable de Narcisazo, Jimmy Sierra, fue amenazado de muerte telefónicamente cuando hacía una intervención por la Z-101, corroborando con mi presupuesto. Ese otro entrañable con antecedentes de violencia le advirtió que actuaría si seguía -junto con el otro- sazonando el asunto de Narcisazo.