
Henry Tejeda, cantando en el velatorio del Padre Luis Quin, en San José de Ocoa.
LA ROMANA.- En el año 2005, decidí darme una vueltecita por mi pueblo, para echarle un vistazo a todos esos lugares que han sido motivos de tantas añoranzas y que con tanto arraigo llevo en el alma. Lugares que motivaron donde reí, de encuentros alegres, de amores, de desamores, de tristezas y sobre todo, de movilizaciones estudiantiles en los Doce Años aciagos de Joaquín Balaguer.
Recuerdo que mi mentor y guía, el padre Luis Quinn, sacerdote canadiense, con quien pase casi toda mi adolescencia, me llamó y me preguntó: “Qué tu creés que ha cambiado en el país, después de mas de veinte años de habernos quitado de un régimen tan despótico, corrupto y malsano, como el de Balaguer”?.
Le respondí: “ Luis (así le llamaba solamente yo en Ocoa, por su nombre). “ Yo no sé ni qué decirle, porque el pueblo está reclamando lo mismito que reclamaba en aquellos tiempos, hay hambre, corrupción, latrocinio, y los gobiernos que le han seguido, se han burlado todos del pueblo, dígame, qué cree ud”? le pregunté.
Mirándome a los ojos, con esa mirada tan penetrante que tenía, me dijo: “Es lo mismo, todo es lo mismo, al parecer no terminaremos nunca de luchar, lo único que hay que hacer es, mantenerse vivo para ayudar a los necesitados lo mas que podamos porque, según estoy viendo, la realidad de las cosas, no vamos para ningún lado, mantengamos lo mejor que podamos a este pueblo y, mientras construimos caminos vecinales y ayudamos a los campesinos a no morirse de hambre, simultáneamente debemos denunciar a los corruptos porque son demasiados y si no lo hacemos, los jóvenes que ven sus actuaciones, querrán hacerlo también”.
“Pero Luis, ya esto es un cáncer que se ha propagado demasiado, es muy difícil de volver a lo que éramos antes de Balaguer, digamos, a los tiempos del Viejo Bosch”, le dije.
“No me digas que no se puede, carajo, y tu, qué te has vuelto?, acaso vives en una ciudad donde no hay hombres? (pensé en La Romana) o, es que la pseudo civilización de ese pueblo donde has ido a dar con tus huesos (se refería a La Romana), te ha disuelto los ideales de los que tanto hablamos y por los que tantas carreras diste delante de la policía y de los calieses reformistas”. Además, de las veces que tuve que irte a sacar del cuartel, que no se te olvide”. (Eso lo dijo riéndose)
“No, Luis, lo que pasa es que ahora los políticos, donde yo vivo, son caciques, igualito a los tiempos de Balaguer, se han hecho de un poder económico y tienen tantas influencias en el gobierno que eso da hasta miedo y, si hablas algo, te arrinconan a la fuerza, te callan la boca, como hacen con la mayoría de los que están llamados a decir la verdad de las cosas, pero se las callan porque reciben miserias de parte de los caciques”.
“Bueno, si ellos se conforman con esas miserias, eso es lo que valen, te entiendo”.
Y así transcurrió esa conversación con ese súper hombre. No voy a escribir mas, ya estoy en La Romana y, económica y políticamente no soy nadie, solo un soñador loco, medio poeta, que compone canciones que tiene miedo del futuro, de un futuro que no será un buen futuro por lo que veo, que se conforma con poca cosa con tal de sobrevivir, que oye música por no llorar, eso sí, música de la buena, aquí los medios de comunicación donde, a los dueños de las emisoras, les importa un maldito bledo lo que es la cultura, las buenas costumbres, solo están atentos a “Cuánto dinero me entrará este mes”?.
Bachatas, Reguetones, música de Prillé y cunantostollos aparezcan, es lo que te darán diariamente, hasta que te explotes, no importa, eso es lo que vende.
Lamento decir todo esto, pero no me arrepiento de escribirlo porque siento que estoy haciendo lo correcto, si alguien me quiere hacer daño por esto, ya sabrá el pueblo que alguien se molestó porque lo puyé un poco, ese es entonces, uno de los personajes a los que me he referido en la conversación con el padre Luis Quinn, excúsenme.
1 comentario:
Henry, ya inicié mi tarea, y muy grato hacerlo con este escrito tan interesante y personal, gran ser humano a quien tuviste la dicha de conocer y tener cerca por años, un abrazo Henry.-
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