sábado, 12 de octubre de 2013

Los muchos libros

MIGUEL ÁNGEL FORNERÍN [mediaisla] Siempre llegan. No siempre podemos (ahora) ahondar en su espesura. Tal vez podamos (por ahora) dar noticias, festejar. Buscar —de momento— el sentido de su presencia. Luego (mañana) ensayar con ellos a hacer piruetas, a colgar papalotes en el viento.

Las obras completas de León David


No siempre tenemos la oportunidad de disfrutar unas obras completas en cuya edición haya participado el autor. Muchas veces estas obras se publican postmortem y la realizan instituciones y cierto deseo de homenajear al autor. Las obras completas que comenzó a publicar Editora Unicornio tienen la particularidad de hacernos mirar más a los textos que al autor mismo, quien ha contribuido con sus cuidados e ideas al proyecto. Yo tengo una particular relación con esta obra, la de haber recibido las primeras diez publicaciones y haber redactado una tesis sobre ellas en unas condiciones que todavía no puedo llegar a explicarme. Entonces decía que era León David uno de los grandes autores de la literatura dominicana. Y veinte años después no tengo la menor duda al repetirlo, pues los libros que han venido no han dejado de confirmar este aserto. Los textos que contienen estos tres tomos contienen la poesía, las narraciones y parte del teatro de León David. Falta mucho más, los libros sobre estética, los ensayos literarios, los ensayos sobre arte y los que ha escrito sobre la música. Todo un viaje por los meandros de la cultura, con una hondura inusitada por estos lugares. No me sorprende que muchos de los contemporáneos no hayan aquilatado el valor de un escritor tan fuera de lo común, y esto es así porque lo corriente es exaltar la estolidez, lo pasajero, lo que está de moda y a quienes —es lamentable decirlo—conforman clubes y cofradías. Toda obra cumple un destino, la de dejar abierto un horizonte a los nuevos lectores. También lega un diálogo perpetuo con el otro, mientras el sí mismo se hace y deshace con el tiempo. Aquí deja esta impronta vital León David, los caminos que sus obras ahora envueltas en un empaque de eternidad recorran, permitirán al lector culto e inteligente encontrarse y reencontrarse con la humanidad que en ellas se expresa.

«El crimen del cementero» de José Curet


José Curet ha venido dando a la estampa obras de talante policial dentro de un entramado histórico. Desde El crimen de la calle Tetuán (1966) y Otro cuarteto (2006) este historiador y literato no ha dejado de indagar en los archivos para componer una obra de carácter investigativo donde el inquisidor se situará como personaje, como protagonista de la historia y en la que se enmascara al verdadero artífice que es el autor de la obra. Sobre esta novela dice el editor de Tinta Roja: “La letra de un viejo bolero, entonada por un visitante al Hogar del Jardín Dorado, despertará la nostalgia de los asilados allí. Entre estos está Jorge Alvar II, antiguo periodista de El investigador, sucesor” de aquel que “logró penetrar en la logia masónica para aclarar el célebre Crimen de la calle Tetuán. Ahora, al escucha aquella melodía, convidará al visitante, un maestro retirado, a compartir reportajes sobre otro famoso crimen” del cementerio ocurrido en 1950.

«El imperio de la intuición», ensayos literarios de Basilio Belliard

La colección literaria del Banco Central que dirige José Alcántara Almánzar ha publicado esta obra de Basilio Belliard, importante crítico y poeta de la República Dominicana. Basilio ha tenido una destacada participación en los eventos literarios que se han producido en la última década, lo que unido a su labor docente y a su incansable papel de lector y embajador de las letras que le ha permitido asomarse a muchas ventanas y puertas de las literaturas hispánicas contemporáneas. Digo esto porque este libro es una carta de ruta de los recorridos realizados por el distinguido ensayista. Presentaciones de libros, eventos, entrevistas con autores de distintos lugares conforman esta obra en la que el autor expone su particular manera de concebir lo literario. Desde la literatura emergente en Santo Domingo con una aproximación a los nuevos poetas y su alejamiento a la poética de los ochenta, los autores clásicos como Pedro Mir, Manuel del Cabral, Manuel Valerio, hasta Juan Ramón Jiménez, Cioran, Enriquillo Sánchez, la poesía haitiana y la dominicana, la traducción de una selección de cuentos dominicanos realizada por René Rodríguez Soriano y el grano de la voz de Pedro López Adorno, Sergio Pistol, William Ospina, Adolfo Castellón y Rafael Courtoisie, entre otros, conforman el viaje literario que nos permite las alas de este libro. Una vez más recibimos con aprecio muy personal el trabajo crítico de Basilio Belliard, crítico de la literatura y de la cultura en movimiento.


Desarticulaciones premio de poesía (2000-2010)



Simplemente hay que abrir una ventana letrada para encontrarse con la vitalidad de la poesía cubana, una de las más importantes de la lengua castellana que, lamentablemente, sigue a la prosa de sus grandes exponentes. Este recuento de los premios literarios de La gaceta de Cuba, que leo gracias al maestro Tomás López Ramírez, contiene los trabajos ganadores del certamen literario y es, en el fondo, un recorrido por los quilates de la poesía cubana que se escribe en los últimos años. Se nota de entrada el gran nivel de simbolización y el apego a grandes tradiciones de la poesía occidental y cubana y un deseo de expresar el ser con todos sus problemas. Expresión que a veces no deja de ser un ser existencial, sin que lo social irrumpa imponiendo un estar aquí problemático. Los autores cuyas obras conforman este volumen son: Reynaldo García Blanco, José Félix León, Ismael González Castañer, Ricardo Alberto Pérez, Marcelo Morales, Caridad Atencio, Rito Ramón Aroche, Leymen Pérez, Antonio Armenteros, Manuel García Verdecia, Luis Yuseff y Oscar Cruz. Sobre esta selección ha escrito su compilador Leonardo Sarría: “el Premio de Poesía de La Gaceta de Cuba ha hecho visibles no pocas de las poéticas más pujantes de la literatura cubana contemporánea”. Y agrega “los textos merecedores del Premio de Poesía de La Gaceta… exhiben en sentido general una expresión que, ora avanza desde las márgenes, entregándonos esquirlas, trozos sueltos de la realidad, ora se recogen en los adentros del ser —cerrada ontología a ratos exclusivos testimonio de sí— o circula sobre universos otros, indeterminados, imaginales, trascendentes.”

«Poemas portátiles» de Juan Sáez Burgos

Con una bella dedicación de su amada Carmiña, recibo este texto que guarda la poesía y la memoria de Juan Sáez Burgos, poeta y luchador puertorriqueño del grupo Guajana que ya no está con nosotros, pero que su poesía es una semilla que crece y permanece con el tiempo. Juan era un gran conversador y un entusiasta de todo lo caribeño, una vez me dio el honor de tenerlo como oyente en una de mis clases y me detuve a escucharlo. Nos habló de su amistad con José Luis González y juntos recordamos muchos caminos del itinerario literario de las islas. Su muerte da una apertura para leer y estudiar su obra poética. Sobre este libro escribió, con sabiduría y justicia, Ramón Luis Acevedo: “La poesía es vínculo afectivo con el otro, con el lector. Al poeta lo mueve un afán de solidaridad y comunicación; afán de acercarse suavemente al lector y acompañarlo mientras le susurra fraternalmente al oído; como el gato que se echa al lado y se acerca para a compartir la calidez humana. Por eso son Poemas portátiles, porque su autor tiene fe en la generosidad de la poesía y su capacidad para unir fraternalmente a los seres humanos, porque el poeta tiene fe en “que las palabras/ pueden/ aún/ acompañar”. | maf, caguas, pr trabajosparafornerin@gmail.com


elpidiotolentino@hotmail.com; elpidiotolentino@gmail.com
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