lunes, 4 de julio de 2016

Sí se puede


Por CÁNDIDA FIGUEREO -Periodista, residente en Santo Domingo

Sí se puede lograr todo propósito cuando se está repleto de buena voluntad y de intención individual o colectiva para abrazarnos a las mejores iniciativas que permitan que la República Dominicana se siga afianzando como fruto de la bienhechora finalidad ciudadana que apuesta al esfuerzo para lograr lo que se propone.

La República Dominicana, enclavada en el mejor lugar del mundo donde la dulzura y espontaneidad de su gente dan lugar a que los visitantes le recuerden por siempre por su gentileza, es una apuesta perdida pretender que los millones de buenos dominicanos permitan que dos o tres le retuerzan el brazo.

La Oficina Nacional de Estadísticas citaba el año pasado la existencia de una población de 10 millones, con una perspectiva in crescendo, un alerta para afianzar el desarrollo en los distintos renglones que permiten la subsistencia a empleados y trabajadores por cuenta propia. 

Se trata de una realidad que involucra a quienes llevan pantalones y faldas (hombres y mujeres) en una competitividad donde cada quien asumirá su propio reto en el tránsito por la vida y en las enseñanzas a su descendencia.

Padres y madres son el modelo usualmente a seguir para sus descendientes. Deciden si criarán triunfadores, lo que implica ver más allá de las narices. Todos los hijos son buenos cuando el papá y la mamá los hacen mejores.

Tener un buen país, al igual que tener buenos hijos, es un compromiso de todos. En el caso de los hijos hay un vetusto refrán que reza: “amor no quita conocimiento”. Cada padre y madre se asume que saben qué clase de hijos están criando, que tiempo le dedican, con quiénes se juntan esos muchachos, qué comen, que leen y que ven por esa pantallita donde hay de todo.

¿Qué hacen algunos menores en horas de recreo? ¿Quién les asegura que no salió del escenario, por ejemplo? ¿Asiste usted a las reuniones de padres en el plantel donde están sus hijos y le pregunta a la maestra si el menor responde adecuadamente en clases? ¿Revisó la madre o el padre las tareas de los hijos? Es importante que los progenitores se involucren en esto.

Sí se puede tener un buen país con padres y madres responsables, como son la mayoría que viven pendientes de sus hijos, para su satisfacción y orgullo fruto de labor permanente de seguimiento. Es mejor un jonrón que un vuelacerca, solo es cuestión de esfuerzo y seguridad en lograrlo.

Si se puede, no necesariamente tener santos, pero si un hijos e hijas probos que le llenen de satisfacción, que se conviertan en hombres y mujeres de bien, que contribuyan con su experiencia a un mejor país y dejen tras de ellos la esperanza en quienes le seguirán en ese esfuerzo.


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