viernes, 8 de enero de 2021

El costo operativo de los hoteles aumenta por Covid, pero rebajan tarifas y su gente trabaja mucho más

Por José Rafael Paula Sosa


Nadie parece darse cuente de que los hoteles están ofreciendo tarifas atractivas para lograr que el público nacional e internacional regrese a la experiencia vacacional, a pesar de que sus costos se han incrementado para aplicar las medidas y protocolos contra el Covid 19.

Para los hoteles que deben asimilar un elevado el costo operativo para aplicar los nuevos protocolos para la prevención y contra la transmisión de Covid 19, tienen el agravante de que ahora se exige a buena parte de sus equipos de trabajo, un trabajo mayor, mas intenso en sus jornadas y mas exigente en sus detalles, de modo que no haya ningún descuido a fin de mantener en 0 la tasa de contagio en las propiedades.

El incremento en el costo para operar una propiedad hotelera se ha convertido en un ejercicio de fe, de creer que el futuro será mejor, que coloca la actual apertura de los hoteles, en una necesaria fase de convocatoria a la credibilidad y al disfrute en seguridad.

La Organización Mundial del Turismo ofrece un estimado de los incrementos de costos internacionalmente considerados.

  • El costo de los suministros de limpieza, entonces, aumentará un 30% en cada hotel.
  • Los hoteles en el mundo tendrán que someter sus instalaciones y servicios a procesos de sanitización estrictos, lo que representará un costo, sólo en Estados Unidos, de nueve mil millones de dólares anuales.
  • El costo internacional se ha incrementado alrededor de tres dólares adicionales por cada habitación ocupada.
  • Para un hotel que tenga en promedio 150 habitaciones, el gasto único de reapertura es de 30 mil dólares.
  • Para un hotel de 150 habitaciones, el gasto único de reapertura es de 30 mil dólares.


Hemos estado en el Hotel Royalton-Punta Cana, por motivos de trabajo en XVIII Asamblea General Ordinaria de la Cooperativa Coop-Herrera, y ahí comencé a hacer conciencia de lo que supone para estas propiedades, ofrecer condiciones de seguridad a sus visitantes.

En ese hotel y en muchos otros de Puntacana, Puerto Plata, CapCana, La Romana, Bayahibe y Juan Dolio, para solo citar algunos destinos, hay un despliegue de medidas preventivas.

Para lograr la rentabilidad e incluso la limpieza de hoteles una de las medidas más ocupadas será el retiro de objetos de un solo uso, entre ellos plumas y libretas, y la eliminación tanto de cristalería como de cafeteras.


Constatar los detalles el mundo “no visible” y las demandas y exigencias económicas para ofrecer a los ojos del turista (nacional o internacional) un ambiente al que se puede acudir con seguridad, libre de riesgos, supone afrontar nuevos renglones de gastos, que incluyen:

  • Adquisición de indumentaria de protección (mascarillas, ropa terapéutica, batas desechables)
  • Insumos de desinfección: alcohol, líquidos sanitizantes, estaciones de dispensar estos líquidos.
  • Estructuras: Pantallas de vidrio y plástico para impedir el intercambio de saliva, gérmenes y virus en zonas en las que se atiende cara a cara al público visitante (recepción, restaurantes, zonas comunes de mucho tráfico).
  • Diseño, realización e instalación de nueva señalización (letreros de advertencia sobre las medidas preventivas) que oriente preventivamente sobre la pandemia.
  • Capacitación y reentrenamiento del personal en las nuevas normas.


Adicionalmente, también hay incrementos en:

  • Precios de los alimentos y bebidas, por las dificultades de producción y comercialización.
  • Contratación de personal adicional médico.
  • Creación de espacios clínicos de aislamiento para ubicar huéspedes que resultan contagiados.

Como puede verse, hay nuevos costos que no se están cargando a los usuarios, como parte de una industria basada en la fe y la vocación del servicio, para ser la principal fuente de divisas para la economía nacional. Se trata de los costos incrementados que el huésped parece no percibir.

Nuevos procedimientos, nuevos costos:


Ferran Anguera, profesor de Seguridad Turística en la UAB y gestor de Protección Civil, quien ha contrastado esta información con directores de hoteles, responsables de seguridad y de prevención de riesgos de cadenas hoteleras internacionales.

“Poner en marcha estas medidas lógicamente requerirá tiempo, pero la primera medida de todas es la planificación, no improvisar. Por ejemplo, es necesario tener un buen stock de ciertos productos, porque luego los proveedores podrían quedar colapsados si se produce un pico de demanda”, explica Anguera.


En Recursos humanos 

  • Control diario del estado de salud de los trabajadores. “Al mínimo síntoma de sospecha de infección, derivación directa al servicio médico”,.
  • Controlar que se cumple el periodo de cuarentena de los empleados con posibilidades de infección
  • Formación sobre cómo realizar las tareas diarias de forma más segura y cómo usar los equipos de protección individual e higiene de forma segura, mediante intranet, emails, señalización, compromiso de calidad, etc.

Recursos materiales

  • Señalización de las zonas de riesgo y carteles con consejos preventivos. “Ojo con el mostrador de recepción, es un punto caliente. Es el lugar donde la gente se apoya nada más llegar al hotel. Hay que incrementar la frecuencia de limpieza y desinfección en ese lugar”.
  • Información preventiva
  • Colocación de difusores de producto desinfectante de manos en zonas públicas.
  • Mejora del stock de productos de limpieza y de equipos de protección para evitar quedarse sin, antes de que haya una gran demanda: guantes, mascarillas, etc.
  • Aislar, mediante un plástico protector transparente, aquellos elementos que puedan contener el virus y que sean difíciles de limpiar: botonera de los ascensores, mandos a distancia, teclados, etc.
  • Cerrar y aislar plantas vacías cuando empiece a bajar la ocupación.
  • Vaciar el agua de las piscinas y cerrar los gimnasios. “La aplicación de esta medida extrema dependería de cómo evolucione la propagación del coronavirus”.
Mejora de procedimientos y protocolos

  • Refuerzo del plan de limpieza del hotel, en cuanto a regularidad y efectividad de los productos a emplear
  • Desinfección de maletas de los clientes con productos desinfectantes cuando llegan al hotel
  • Limpieza más regular de los filtros de ventilación.
  • Informar del plan de prevención e higiene a empleados y al Comité de empresa.
  • Contacto más regular con las autoridades de sanidad correspondientes.
  • Participación en seminarios y jornadas de formación donde se compartan experiencias de buenas prácticas.
  • Identificar, analizar y modificar aquellos procesos de interacción donde se pueda reducir el contacto directo entre empleado y cliente. Por ejemplo: maleteros, parqueos, room-service, recepción, conserjería, etc.
  • Catering. “Es una parte complicada porque muchos hoteles dependen de otras empresas y eso es algo difícil de controlar. Puede haber un riesgo de infección y que el cliente acuse a el hotel. Lo mejor sería controlar los procesos internamente o bien contratar solo aquellas empresas que cuenten con los máximos certificados ISO de calidad”, explica este experto.
  • Control de la entrada de empleados externos a zonas internas del hotel.

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