Oscar López Reyes.
Ya en la madrugada de ese día se escuchaba el tableteo de las ametralladoras y de algunas bombas. Homero Hernández, Aquiles Reynoso Paulino y otros revolucionarios, reunidos en una zona del Barrio Libre, marcharon, armados con metralletas, fusiles y granadas, hacia la fortaleza Duarte.
Cuando avanzaron unas tres o cuatro cuadras hacia la fortaleza, ya los estaban esperando. Bajo una lluvia de proyectiles, tiros de morteros, etc., vuelos de aviones de combates y helicópteros rasantes –de la funesta “Fuerza Interamericana de Paz”, encabezada por las tropas yanquis--, fueron obligados a retroceder. Prácticamente se formó el caos, y perdieron los contactos entre ellos mismos.
Por la delación, cientos fueron asesinados a sangre fría, entre ellos Sóstenes Peña Jáquez y Baldemiro Castro. Vadeando la vigilancia policíaco-militar, disfrazado de pastor evangélico, Reynoso Paulino llegó a la Zona Colonial y se incorporó a un comando.
Sobreviviente (IV) clandestino. Durante los 12 años del gobierno de Joaquín Balaguer (1966/1978), como altísimo dirigente del Movimiento Popular Dominicano (MPD) y luego del Partido Comunista de la República Dominicana (Pacoredo), gran parte de su vida se desarrolló en la clandestinidad. Sólo salía de noche, generalmente vestido de anciano, en Haina, San Cristóbal, Barahona, Santiago y la capital.
Trabajó arduamente en el movimiento sindical, como en Foupsa-Cesitrado, en el Sindicato de la Fábrica de Vidrio, en San Cristóbal y fue miembro del Sindicato de Técnicos y Especializados del Central Rio Haina, por cuya labor fue encarcelado varias veces. Abandonó la izquierda el 22 de julio de 1977, por su sectarismo, dogmatismo y aislamiento.
Sobreviviente (V) productivo. Al reiniciar una vida normal, Reynoso Paulino se dedicó al trabajo productivo y honrado, como administrador de una constructora, director de negocios de un consorcio de muebles y colchones, y propietario de una pequeña empresa. En su última etapa adulta, se encanta con sus nietos, la gastronomía y las tertulias políticas con viejos camaradas.
Consejero en sus enfoques filosóficos y holísticos sobre la existencia humana y las transformaciones estructurales, este héroe de la Patria camina –a sus 82 años de edad- sin incertidumbre y en paz. Ha participado en todas las manifestaciones de la Marcha Verde.
Considera que la democracia de la primera década del 2000 ha sido una farsa, que la izquierda se diluyó en las luchas intestinas y la ultra-derecha ejerce el poder a sus anchas, dejando a su paso miseria, desempleo, corrupción, narco-tráfico, delincuencia e impunidad.
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