jueves, 22 de agosto de 2024

Karla Moya y Nuria Piera

El calvario de Fausto Rosario

Por Federico Pinales.

El peligro de ejercer un periodismo alegre, irresponsable, antiético y atropellante queda demostrado en el caso que envuelve a la famosa periodista dominicana Nuria Piera y a la médico venezolana Karla Moya, a quién Nuria le destruyó la vida moral y económica, con la publicación de un reportaje que Salud Pública usó como prueba para cerrarle su negocio y detenerla en la cárcel preventiva de Najayo durante cuatro meses, acusada de ejercer la medicina con un título falso.

Karla acaba de demostrar ante los tribunales que no era cierto, presentando sus credenciales de médico cirujana, graduada en una universidad venezolana.

Este caso también demuestra que los periodistas, los medios y los fiscales no deben reproducir ni perseguir a nadie, basándose solamente en la supuesta “credibilidad” de otro periodista o medios de comunicación, porque en el presente caso, tanto la fiscalía como Salud Pública actuaron precipitada e irresponsablemente contra una profesional, empresaria, que actuaba dentro del marco de la Ley, en todos los sentidos, como lo demuestran los jueces con su sentencia, según lo reseñan el Listín Diario y el programa de Aneudy Santos, donde un periodista venezolano hizo una amplia exposición sobre dicho caso.

Según este periodista, quien asegura haber hecho una investigación profunda sobre el origen, formación y desarrollo de Karla Moya, esta no tiene intención de tomar venganza contra Nuria Piera, demandándola civilmente por daños morales y económicos.

Sin embargo, por lo menos Salud Pública y la Fiscalía deben recompensarla económicamente. Y todos los medios que reprodujeron la falsa noticia, originada en el programa de Nuria, repararle su honor moral y profesional.

Al mismo tiempo, los periodistas que actúan con la inmediatez, la arrogancia y la prepotencia de Nuria y otros como ella, deben tomar este caso como ejemplo para bajarle un poco a sus erróneos estilos frente a sus entrevistados, cuando estos les resultan sospechosos de ser delincuentes o de tener ideas y posiciones contrarias a las que ellos sustentan y defienden, por convicción o por conveniencias personales, políticas y económicas.

El calvario de Fausto Rosario



Fausto Rosario, es un famoso periodista dominicano, director, productor y presentador de un programa de entrevistas y un periódico digital,

que se originan en la capital, supuestos a informar y a orientar

en forma objetiva e imparcial.

Me divierte mucho verlo crucificando en su calvario, a supuestos colegas y amigos personales, pero ideológica y políticamente contrarios.

Como sucedió en un programa pasado,

con un colega suyo, expresidente de CDP y tres veces diputado.

Ya previamente lo había hecho con otra colega, intelectualmente a su altura, a la que intentó darle el mismo tratamiento que al exdiputado,

Pero el tiro se le fue por otro lado,

y de paso quedó evidenciado,

como algo que yo nunca me habría imaginado.

Dicen que los viejos no cogen o no aceptan consejos,

pero mientras observo de lejos,

igualmente me quedo perplejo, al ver algunos pequeños complejos asumidos por ciertos periodistas viejos,

que aún piensan que los demás son ovejos,

para avasallarlos con argumentos pendejos.

Dentro de un mundo extremadamente complejo.

Entiendo el derecho a disentir que tienen los periodistas y los entrevistadores, pero repudio la manipulación,

con alevosía y pasión,

de cualquier medio de comunicación,

para inducir a las masas y a quienes tienen poder de decisión

a tomar la ruta de su predilección,

asumida y proyectada sin ninguna sustentación,

de carácter legal ni científico.

Intentar acorralar a dos colegas, en medio de sendas entrevistas, para que acepten como buenas y válidas, acusaciones temerarias, hechas por el entrevistador, apoyado solamente en informaciones manipuladas procedentes de monopolios informativos internacionales, con marcadas y definidas intenciones ulteriores, desde el punto de vista económico, ideológico y geopolítico, resulta inaceptable, criticable y repudiable, que no se le puede dejar pasar a un comunicador profesional del calibre y el prestigio de Fausto Rosario. A quién admiraba, respetaba y seguía, hasta el momento de esas dos entrevistas.

En las cuales los periodistas entrevistados fueron coherentes en las defensas de sus “verdades”, de acuerdo con lo que ellos dicen haber observado, como testigos oculares, de lo que pasó en Venezuela el pasado 28 de Julio, durante el proceso electoral.

En el cual, ambos bandos se dan como ganadores. Uno respaldado por el organismo que organizó las elecciones y otro por la maquinaria mediática mundial, líder en el arte de la manipulación y la desinformación, a la cual, no sé por qué rayo, se ha sumado esta gloria del periodismo dominicano.

Como persona, cualquiera tiene el derecho a pensar, a creer y a tomar partido de un lado o del otro, según sus íntimas convicciones. Pero no debe esconderse detrás de su categoría de periodista, director de medios “informativos”, para colar posiciones políticas ideológicas o personales, sustentadas sobre la base de la especulación, la suposición o la repetición de falsas noticias, algunas de ellas alimentadas con media verdades, inventadas por intereses oscuros, más dañinos que los que se pretenden denunciar, pero que irónica y paradójicamente han sido motivados, organizados y dirigidos por los desvergonzados denunciantes.

En esas dos entrevistas, Fausto Rosario actuó como un fanático contra los regímenes Chavistas y Maduristas, no como el periodista objetivo, comedido y mesurado que yo conocía y seguía. (pronosticamedia.com)

 

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