domingo, 30 de agosto de 2020

Palabras pronunciadas en el funeral de Jimmy Sierra

Julio Anibal Suárez



En los seres humanos es de gran significación compartir ejecutando diferentes tareas en el medio social en el cual nos desempeñamos.

Realizar actividades con otros de una manera continua va creando vínculos de amistad, afectivos y a un nivel de hermandad. Tomar parte, la coincidencia hace de la conexión entre amigos una unión basada en la mutua correspondencia.

El enlace que formamos Jimmy Sierra y yo, resulta del obrar como copartícipes en asuntos que tenían que ver con el quehacer político nacional, sin importar que fuera relacionado con el movimiento democrático, o en el área judicial.

Precisamente, esa comunidad de realizaciones nos llevó a Jimmy y a mí, a establecer una sana unión y comunicación que se mantuvo hasta el último día de su fructífera existencia.

Debo decirlo, porque me sale de lo más profundo de mi corazón, que ese tanto andar juntos, movernos unidos en busca de la justicia; ambos marchando por el fortalecimiento de los derechos humanos y las libertades públicas; por una sólida institucionalidad y el adecentamiento del ambiente nacional, ha creado en mí una gran aflicción; fuerte abatimiento; profunda pena y absoluta tristeza.

El golpe anímico que he sentido por la desaparición física de Jimmy Sierra, es muy semejante al que de distintas maneras ha manifestado nuestro pueblo, y otros que en el plano internacional tuvieron la dicha de conocer los aportes culturales y sentir el calor solidario de Jimmy Sierra.

Por muy agrietadas que se presenten las sociedades humanas, y la nuestra es un ejemplo de ellas, las personas de valía siempre son objeto de sincero reconocimiento. Lo que hemos visto ante la partida de Jimmy, nos ensena que su proceder llegó hondo a la conciencia nacional.

Reunirnos en este momento para despedir a Jimmy, no significa, en modo alguno, que lo mejor del país va a olvidar sus alentadoras enseñanzas.

Para honrar la memoria de Jimmy, este ilustre ciudadano y modelo de luchador social, podemos hacer nuestra la idea de que “para los buenos, la muerte es un puerto de descanso; para los malos, es un naufragio”.

Hoy y siempre debemos recordar a los seres humanos que durante el tiempo que formaron parte del mundo de los vivos hicieron aportes, y por tal razón Jimmy Sierra, va a permanecer fijo en los corazones de las mujeres y hombres nobles del pueblo dominicano.

Descansa en paz Jimmy, mientras yo me distraigo recordando nuestros ajetreos tras la libertad de los presos políticos y el regreso de los exiliados antibalagueristas; el trajinar por las fábricas, tribunales y clubes sociales, instruyendo a los trabajadores o reclamándoles sus derechos; viajando a Puerto Plata en procura de que aquellos campesinos a quienes no conocíamos, se les devolvieran las tierras usurpadas; yendo a la Romana para dar asesoría al Sindicato de la Gulf, después de la desaparición de su asesor Guido Gil, o simplemente queriendo adecentar el ejercicio profesional del Derecho, a través de la Asociación Dominicana de Abogados (Adoma), cuando yo era su Presidente y tu su Relacionador Público. 

Si, como se ha dicho, el recuerdo impide la muerte de los seres queridos, tu no morirás jamás, porque tu obra fue tan inmensa que es imposible olvidarte y dejar de quererte, por eso te reitero descansas en paz, porque aunque aparentemente te has ido, tu siempre estarás ahí, en nuestros corazones.
Panegírico en sepultura de Jimmy Sierra. 26-8-20.

 

No hay comentarios: