martes, 1 de septiembre de 2020

La tiranía de la escasez y la democracia de la abundancia

Lic. Juan Francisco Melo 


En los inicios de la humanidad, hacer una elección para comer o cenar no era un problema, no era complicado, podía comer cualquier animal que merodeara por ahí y que pudiera capturar o matar. 

En mi caso particular tengo la experiencia de mí padre que tenía embarcaciones de pesca entre La Romana, Bayahibe e isla Saona, pero por razones de escasez no había suficiente efectivo y en la casa teníamos que comer dictatorialmente todos los días pescados y langostas , porque no se vendían y solamente los domingos podíamos comer un pollo gringo que era el día más feliz de nosotros con ese bendito pollo gringo. 

Tengo un amigo que por la escasez su papá sembró auyamas y en su casa se comía auyama en la mañana, al mediodía y en la noche, por la tiranía de la escasez. 

Hoy en día podemos ver la tiranía de la escasez de los productos y de la ignorancia de los consumidores. 

Tenemos los supermercados con todo tipo de carnes, todo tipo de cortes de carnes de distintos animales que alguien mató, limpió y empaquetó para nosotros, ya el problema no es cazar, pescar o sembrar. 

El problema ahora es decidir comprar entre la gran variedad de productos para ser elegidos por nosotros, tenemos carnes rojas, blancas, cuál de la carne roja?, cuál de la carne blanca? O usted quiere una imitación de carne roja o blanca hecha de soya. 

Pero también usted puedes decir qué parte del animal es la que usted quiere comprar: lomo, filete, cadera, osobuco, chuleta, costilla, muslo, pata, cocote, ala, etc. 

Además tenemos donde comer, cenar a nuestro antojo, pizza, restaurante, pica pollo chino, americano, dominicano, japonés, pollo al horno, es decir cualquier producto lo tenemos en abundancia, la tiranía del restaurante era un chicharrón de pollo que es hoy un pollo frito o un pica pollo chino. 

La democracia del producto es buena porque permite una inmensa variedad de gustos y sabores que solamente lo limita su bolsillo, anteriormente era lo que usted pudiera cazar. 

Lo bueno de la democracia de los productos es la gran oferta de productos en todos los sectores y categorías. Se estima que en Estados Unidos hay más de un millón productos disponibles. 

En un solo supermercado pueden encontrarse alrededor de 40,000 productos, pero es bueno señalar que una familia promedio suple sus necesidades con aproximadamente 100 a 150 productos, es decir hay muchas probabilidades que pasemos por alto, ignoremos, no tengamos interés en los 39,900 productos restantes que están en las góndolas de los supermercados. 

Este es el gran problema de la democracia del producto, porque para usted recordar 40,000 productos en su mente es difícil, pero si su producto tiene un excelente plan de marketing y está bien posicionado, estoy convencido que su producto será el primero en la mente y el primero en el carrito o el canasto del supermercado. 

Ese mismo problema es comprar un carro, Henrry Ford decía: pídeme el carro que tú quieras, cómo tú quieras, pero que sea negro. 

Hoy tenemos marcas japonesa, china, americana, alemana, coreana: Ford, Nissan, Mitsubishi, Suzuki, BMW, Mercedes, Kia, Mazda, y otros. 

Incluso tenemos segmentos tan exclusivos como: Ferrari, Lamborghini, Bentley y otros. 

Tenemos problemas para comprar un neumático para su vehículo, solamente eran dos o tres, hoy tenemos: 

Goodyear, bridgetone, Michelin, Cooper, Dayton, Firestone, Kelly, Dunlop, Pireli, General, Uní Royal y 50 más marcas. 

Todo es tan complicado en esta democracia del producto que hasta para comprar un celular es un problema, usted pedía un guaya hielo y era negro, ahora es marca, modelo, color, capacidad, rapidez, etc, etc. Usted se complica, pero estamos conformes porque dirigido, inducido a comprar lo que el marketing quiere que compremos. 

El marketing es el gran arquitecto del mercado . 

Juanfmelo

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