miércoles, 9 de octubre de 2019

Máximo -Tepo- Tapia cumplirá anhelo al alcanzar la inmortalidad del deporte

Cronistas eligen a uno de los grandes jugadores de la historia en el basket del Distrito Nacional


SANTO DOMINGO.- El ex jugador de baloncesto Máximo Tapia (Tepo) hará realidad el anhelo de muchos admiradores y cronistas que desde su retiro lo vieron como un futuro inmortal del deporte.

Y también el suyo propio, convencido de que su carrera de 14 temporadas en el torneo distrital, la mayor parte de ellas como estelar y figura cimera en los cinco clubes en que jugó, era digna de la inmortalidad.

Tepo mostró clase como jugador con Arroyo Hondo (1981), Los Astros (1983/87), Los Prados (1988 y 89), San Lázaro (del 90 al 93) y Calero de Villa Duarte (1995).

Será exaltado en el 53 Ceremonial del Pabellón de la Fama del Deporte Dominicano, el próximo domingo 10 de noviembre, en un acto a efectuarse desde las 10:00 de la mañana en el auditorio de la institución, con sede en el Centro Olímpico Juan Pablo Duarte.

Su elección fue anunciada hoy por el presidente del Pabellón de la Fama, doctor Dionisio Guzmán, quien precisó que son siete los deportistas seleccionados para ser inmortalizados en la citada fecha.

El nativo de Villa Consuelo, populoso sector Distrito Nacional, se une a los ex beisbolistas profesionales José Núñez, Alfonso Soriano, Plácido Polanco, los propulsores Bolívar Vargas Candelario y Roosevelt Comarazamy, además del ex boxeador olímpico y profesional Jorge Amparo.

Precisamente los cronistas deportivos del país fueron los responsables de convertir próximamente a Tapia en un inmortal. Parte de esos profesionales que hacen vida diaria informando y resaltando las virtudes de los atletas, sobre todo los de la capital, terminaron votándolo para que sea exaltado en el Ceremonial del próximo mes. Los cronistas también eligieron a José Núñez.

Sus inicios en el deporte

Tepo fue un muchacho de barrio que se hizo jugador en el Palacio de los Deportes Virgilio Travieso Soto.

Pero fue un fajador que asumió con puño de hierro la responsabilidad del trabajo desde su infancia. Se ganaba la vida y ayudaba al sustento familiar como vendedor de periódicos. También se desempeñó limpiando el tabloncillo del Virgilio Travieso, donde luego exhibió su talento de jugador y una capacidad anotadora fuera de serie. Antes, en la casa del Don Virgilio también hizo el papel de pasador de pelotas durante los años 70 en las prácticas de la selección nacional.

Una reseña de su trayectoria, recogida por el reputado periodista y conocido hombre del baloncesto, Alex Rodríguez, señala que Tapia también se ganó la vida cargando agua en su barrio y trabajando el rudo oficio de la construcción, ya que al quedar huérfano a la edad de nueva años, sintió la necesidad, la responsabilidad y el deber de ayudar con el sustento diario en el hogar.

Una estrella en su generación, el escolta debutó en 1981 con Arroyo Hondo y de inmediato ganó el premio de Novato del Año, al promediar 8,2 puntos por partidos, producto de 115 tantos en los 14 partidos jugados durante la regular. Fue el inicio de una carrera preñada de éxitos a nivel local y en el plano internacional con la selección nacional. 

Finalizó con una carrera de 16,6 puntos por encuentros, tras jugar 211 partidos en 14 campeonatos distritales, totalizó 3,504 puntos encestados, cuarto mejor productor de por vida.

Exhibe un liderato de por vida en puntos de tres anotados, con 310, para un excelente porcentaje de 39%. Los disparos desde la larga distancia eran una especialidad de Tepo como jugador.

Tapia, de 57 años de edad (11/12/1962), ganó el premio de Jugador Más Valioso en 1991 cuando condujo al club san Lázaro a conquistar una de dos coronas sucesivas que por dos ocasiones en esa década obtuvo la enseña lazareña, que también repitió títulos en 1995 y 1996.

El jugador alcanzó el estrellato inmediatamente y tras su debut en el 81, fue uno de los anotadores más copiosos que tuvo la liga.

Durante más de una década, desde 1983 hasta 1994, logró promedios superior a los 14.0 puntos por encuentros, como lo demuestran sus averages de 14.9, 19.2, 18.1, 19.9, 21.1, 18.6, 16.2, 16.1, 21.4, 19.5 y 16.6. En ese espacio de 11 campeonatos promedió 18.4 tantos por partido.

Se retiró con un 46 por ciento de acierto en intentos al campo y es uno de los mejores de por vida en bolas robadas con 226.

A pesar de que no era un jugador atlético, conjugaba su velocidad con un certero lance de media y larga distancia. Se destacaba por anotar los canastos en el momento que se necesitaban.

Lo definen como el tipo de jugador difícil de defender porque a su efectivo tiro de distancia, unía unas fuertes penetraciones utilizando la fuerza y la rapidez en sus movimientos.

Con la selección

Tapia tampoco duró mucho para hacerse de un espacio dentro del seleccionado nacional superior.

Debutó tres años después con la enseña tricolor y lo hizo en un torneo preolímpico (Brasil 84), donde encestó 23 puntos contra México, 18 frente a Canadá, 16 ante Uruguay y 12 sobre Argentina, para 13.8 de average.

Estuvo en Centrobasket de México 85 y en los Juegos Centroamericanos y del Caribe de Santiago 86, donde fue segundo asistencias totales con 16.

Tapia logró promedio de 8.7 puntos en 15 minutos en cancha en el Centrobasket 87 celebrado en Santo Domingo.

Dos años después, en Centrobasket de La Habana (Cuba), Máximo Tapia lideró una victoria 14-101 sobre Bahamas, al encabezar la ofensiva criolla con 18 puntos.

Ese mismo año fabricó 23 puntos para ser el segundo mejor anotador del equipo nacional en el triunfo histórico 116-108 sobre los Estados Unidos, en el Premundial de México. Agregó 15 tantos en otra victoria sobre Cuba y 14 en un revés ante Venezuela.

Asistió a los Juegos Centroamericanos y del Caribe de México 90, anotando 24 puntos en una derrota a manos de Puerto Rico y 12 versus Bahamas. Se retiró de la selección en Centrobasket 93 celebrado en Puerto Rico, donde su mejor actuación fueron los 14 puntos en triunfo sobre Panamá 80-76.

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