miércoles, 13 de julio de 2022

El efecto embellecedor de la cerveza y los tragos

Juan Francisco Melo.

Supongamos que hemos decidido salir un sábado en la noche con un grupo de amigos a tomar cerveza al Colmadón, allí conocemos varias chicas que nos atraen.

Entonces nuestro cerebro valorará a cada una de ellas según sus atributos físicos, sus medidas, su perfil psicológico y nos dirá si resulta atractiva o no, es decir algunos de estos atributos activaron el sistema de recompensa cerebral y otros el sistema de aversión a la pérdida y del equilibrio resultante obtendremos una opinión sobre cada una de esas personas.

Si comenzamos a beber cerveza o un trago, esa persona comenzará a parecer más simpática, más hermosa, inteligente, atractiva sexualmente. Claro está que esa persona sigue siendo la misma, no ha cambiado en nada, sino la percepción que nuestro cerebro crea sobre ellas.

Este fenómeno que nos ha pasado a muchos de nosotros en un bar, discoteca, colmadón, tiene un amplio respaldo científico, se ha comprobado que el alcohol es capaz de afectar nuestra capacidad para elegir pareja y para tomar decisiones racionales.

El estudio desarrollado por el doctor Lyvers incluyó 80 estudiantes universitarios hetereosexuales y se le pidió que valorasen el grado de atracción que le producía una serie de fotografías de mujeres. La atracción que experimentaran estaba directamente con el grado de alcohol en la sangre.

Este hecho parece estar relacionado con la estimulación que produce el alcohol en el núcleo accumbens, estructura perteneciente al sistema de recompensa cerebral, lo cual demuestra que el alcohol es un manipulador de la toma de nuestras decisiones en una pareja, un negocio o para elegir un candidato, este efecto se ha denominado el efecto embellecedor de la cerveza.

Este efecto embellecedor también puede sustituir el alcohol por cualquier otro tipo de estímulo que supongamos que gusta a nuestros clientes, empleados o votantes y manipularlos de la misma forma. Es decir, podemos cambiar el estímulo con el que estamos influyendo a una determinada persona por cualquiera que le guste, puede ser alcohol, dinero, comida, bebida, regalo, sexo, etc, o cualquiera de lo que llamamos estímulos primarios, y de ese modo hacerle más proclive a que acepte una decisión, o se identifique de un modo más positivo con la propuesta.

Es decir le presentamos un estímulo primario que le guste a nuestro objetivo (alcohol, sexo, comida, etc) y después presentamos un estímulo secundario que es el que a nosotros nos interesa que la persona acepte.

Esta técnica de manipulación es muy utilizada en el mundo empresarial y en el marketing.

Somos manipulados mediante el instinto maternal o paternal, ya que con la presencia de un niño cedemos más fácil en nuestra decisiones. McDonald siempre ha hecho una publicidad dirigida a los niños con un payaso vestido de amarillo y tiene más de 5,000 franquicia en el mundo.

En ocasiones ni siquiera somos consciente del estímulo que nos está influyendo y nos está haciendo tomar decisiones en contra de nuestra voluntad.

Estos estímulos inconscientes suponen la base de la publicidad subliminal.

Coca Cola en su inicio, la botella tenía la forma de una bailarina.

La publicidad subliminal se apoya en los estímulos primarios, por esa razón el efecto embellecedor del trago, la cerveza te cambian tú realidad cerebral y una mujer que tú viste elegante a la 1:00 am cuando son las 8:00 am usted dirá, pero por Dios, quien eres tú , qué pasó?

Somos manipulados, pero usted no quiere admitirlo, pues siga ignorando el poder de la publicidad, pero hágalo bajo su propio riesgo.

Juanfmelo

 

1 comentario:

Anónimo dijo...

Hay Dios, cuantas veces hemos sido manipulados sin saberlo.