martes, 9 de agosto de 2022

CONVERSACIONES CON ALICIA GUERRA, ALTAGRACIANA

En ocasión del centenario de la coronación de Nuestra Señora de la Altagracia


José Gómez Cerda.

Alicia Guerra Gerónimo nació el 7 de octubre de 1922 en Hato Nuevo, una comunidad rural ubicada muy cerca de Santo Domingo, capital de la República Dominicana. Y murió en el año 2016.

Sus estudios primarios los realizó en la escuela María Nicolasa Billini y los secundarios en el Instituto de Señoritas Salomé Ureña de Henríquez.

Se inició como maestra a los 17 años de edad en el colegio Los Angelitos y luego en el colegio Santa Teresita.

Continuó sus estudios en educación y obtuvo el título de Licenciada en Filosofía, en la Universidad de Santo Domingo.

En 1947 participó en los grupos de Acción Católica, que dirigía el Padre José María Uranga y Uranga S.J.

La Dra. Josefina Garrido, que ya formaba parte de estos grupos, le comunicó el proyecto del P. Uranga de formar una agrupación de vida consagrada.

Después de un proceso de discernimiento, se consagró al Señor el 7 de abril de 1950 formando parte de un pequeño grupo, que cual grano de mostaza un peculiar estilo de vida consagrada. Ella dijo; “Nos consagramos siete… Viernes Santo, tres de la tarde, 7 de abril 1950, Santo Cerro, La Vega, República Dominicana, en que nace el Instituto Secular de Nuestra Señora de la Altagracia”.

Alicia Guerra.
Alicia, junto a sus compañeras, aceptó el reto evangélico de iniciar, con las orientaciones de su fundador el P. Uranga, una agrupación que sería más tarde un Instituto Secular, un estilo de vida aprobado en la Iglesia en 1947 por el Papa Pio XII con la Constitución Apostólica “Próvida Mater Ecclesia”. En octubre de 1952, por iniciativa del P. Uranga y con la finalidad de promover las vocaciones sacerdotales, fundó el Colegio de Nuestra Señora de la Altagracia.

En 1962 se instaló en Santiago, donde dejó formado el Centro de Santiago. Trabajó en el departamento de Cáritas y como secretaria de Mons. Hugo Eduardo Polanco Brito. En la naciente Universidad Católica Madre y Maestra, fundada en 1962, realizó una pionera y excelente labor como secretaria.

Conocí a Alicia Guerra, en 1962, en el Obispado de Santiago, cuando ella era su administradora y secretaria de Monseñor Hugo Eduardo Polanco Brito, Obispo de Santiago; yo era dirigente sindical, de la Confederación Autónoma de Sindicatos Cristianos (CASC): Me enseño hablar en un programa radial que tenía la iglesia en Radio Libertad,

En nuestras primeras conversaciones, en el programa radial, siempre me decía; “habla despacio, este es un programa de la Iglesia, no es un sindicato”. ¡Me llamaba mi chiquito José!

Fue ella la que tiró en mimeógrafo (fotocopiadora) el documento que hizo la CASC contra el Golpe de Estado, en 1963, pues sólo teníamos acceso a esas máquinas en el Obispado, además nos ayudó a repartir esos volantes en la Catedral y varias iglesias de Santiago.

Conversamos mucho sobre “El Golpe de Estado contra el gobierno del profesor Juan Bosch”, pues muchos sectores de la iglesia estuvieron de acuerdo con esa actividad. Ella y yo siempre estuvimos contra el rompimiento al orden constitucional en el país.

Después la encontré como secretaria ejecutiva en las primeras oficinas que tuvo la Universidad Católica Madre y Maestra (que no era pontificia), situada en la calle Máximo Gómez, en Santiago, frente al periódico LA INFORMACIÓN, junto a Mary Jerez, que eran las únicas empleadas que tenía la universidad. ¡Ellas eran grandes amigas!

Ella, junto a Mary Jerez nos ayudaron con algunas clases en los cursos para sindicalistas que realizamos en Santiago, donde también participaba el Padre Manuel González Quevedo, S.J.

Conversamos mucho durante los cursos sobre doctrina social cristiana, para sindicalistas, que se ofrecían en el Instituto Politécnico de Santiago, que era dirigido por Pilar de Anta, una dinámica monja.

ALICIA GUERRA dedicó parte de su vida a la creación, fortalecimiento y expansión del INSTITUTO SECULAR ALTAGRACIANO, que fue el primer instituto erigido canónicamente en nuestro país, siendo su fundador el P. José María Uranga sj, de la Compañía de Jesús, en 1951, fundado en tierras dominicanas para amar más y servir. Recuerdo que ellas llamaban al Padre Uranga, como “EL SOL…”

El año de 1964 fue la promulgación del decreto en la Basílica Catedral de Santo Domingo, con una Eucaristía presidida por Mons. Octavio A. Beras Rojas, arzobispo de Santo Domingo, acompañado del Padre Uranga y otros sacerdotes.

Son mujeres laicas dominicanas consagradas, que en medio del mundo ejercen una serie de servicios y viven ellas de su propio trabajo, dan mucho de su tiempo a los demás.

Del grupo inicial cumplieron 50 años de profesar sus votos Betty Agramonte, Casilda Noboa, Adalgiza Solano y Cristina Núñez.

Entre las obras principales de LAS ALTAGRACIANAS está el CONSA – Colegio Nuestra Señora de la Altagracia, que es una Institución Educativa Católica fundada por el Rdo. P. José María Uranga, y Alicia Guerra, Altagraciana, puesta bajo la administración escolar del Instituto Secular de Nuestra Señora de la Altagracia, comprometido con la sociedad dominicana.

ALICIA GUERRA fue presidenta de la Asociación de Colegios Católicos y una de las fundadoras de la Asociación Dominicana de Profesores (ADP).

La personalidad de ALICIA GUERRA traspasa lo religioso, sus aportes a la educación han sido extensos, actualmente funciona el COLEGIO ALICIA GUERRA, situado en la Autopista 30 de mayo, al lado de la Casa de España, en honor a esta gran educadora.

El 8 de octubre del 2016, en la boda de plata del amigo Ignacio Miranda y su esposa Tamara, celebrado en el Colegio que creó Alicia Guerra, ella estuvo presente, y me confesó que ese día celebraba 95 años de edad.

La labor de Alicia fue reconocida en el ámbito eclesial con la condecoración “Pro Ecclesia et Pontifice” y en el social por numerosas universidades, fundaciones y grupos que resaltaron sus aportes a la educación y a la formación, desde una perspectiva de fe y compromiso apostólico. Así mismo creó el equipo de Dinámica de Parejas (DIPAR) en 1983 y fue cofundadora de la Unión Nacional de Colegios Católicos.

Alicia Guerra, fundadora de las Altagracianas, es un ejemplo de vida y consagración a Cristo y a la virgen.

 

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