En la República Dominicana tenemos los ladrones por montones.
Esos seres humanos a los que muchos llaman “ladrones,”
Están hasta en los rincones de muchas instituciones.
No tienen almas ni corazones,
Y para colmo son de los más privones, presumidos y comparones, con ínfulas de jorocones.
Se venden como grandes dones,
“dignos “ de todas las atenciones.”
Bien vestidos, exhibiendo finas y caras ropas,
usted se los encuentra hasta en las sopas.
No me refiero a los cuatreros y atracadores de poca monta, que a veces lo hacen por necesidad,
Y falta de oportunidad.
Hablo de los ladrones de cuello blanco,
empresarios, comerciantes y funcionarios de los más altos.
De esos que se llevan lo ajeno hasta en los ruedos de los pantalones,
y cuidado con quienes les llaman ladrones,
porque los demandan para quitarles hasta los “calzones”.
El comerciante o empresario que le cobra impuestos a sus clientes y no los reporta al Estado, a través de la Dirección General de Impuestos Internos ( DGII), le está robando doblemente, al gobierno y a sus clientes.
Hay muchos comerciantes y empresarios abusivos,
que te cobran un 18% compulsivo,
y mediante un sofisticado método evasivo,
no reportan esos impuestos al poder ejecutivo.
Miles de negocios de comidas y bebidas
que cobran sus servicios en efectivo,
a sus clientes no les dan recibos,
y cuando el cliente los reclama, no se los niegan, pero no se los entregan, bajo el argumento de que se los van a enviar por correos electrónicos.
Otros no te ofrecen ni siquiera esa opción o te entregan una factura sin ningún valor legal ante la Dirección General de impuestos Internos.
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