Por Federico Pinales.
Serán niños y ancianos retirados los más afectados, con los fondos que los republicanos les han cortado, a los ciudadanos más necesitados de los Estados Unidos.
Indudablemente son unos desalmados, que desprecian a los humanos y protegen a los animales.
No porque los animales no merezcan protección, sino por las incongruencias de las élites de esta nación, que se higienizan con la constitución.
Esa que se pasan por donde no le entra ventilación, a la hora de tomar decisiones que perjudican a la parte más vulnerable de la indefensa población.
Aumentan los presupuestos militares en su tierra y forzan a otros continentes a dejar de preocuparse por la pobre gente, para armarse hasta los dientes.
Estrangular naciones para poner a sufrir a sus poblaciones, con las deliberadas malas intenciones, de provocar inducidas rebeliones, para justificar el envío de flotillas de aviones, a bombardear laboriosas y ricas regiones, bajo el argumento de “salvar situaciones”, inducidas y provocadas por los mismos halcones, que han diseminado guerras por todos los rincones, financiadas con los impuestos que pagaron los millones de ancianos, a los que hoy se les niegan los servicios de salud, alimentación y cuidado que demandan las circunstancias.
No al complejo de superioridad, a la prepotencia y a la arrogancia, de esta oligarquía insaciable, inhumana, criminal y rancia.
Enquistada en todas las instancias, desde la Patagonia hasta Francia.
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