jueves, 24 de septiembre de 2015

Adolescentes de Salinas que desarrollan genitales a los 12 años motivan creación medicamento para enfermedad

Autor: MIGUEL CRUZ TEJADA

NUEVA YORK.-  Los llamados “Guevedoce” dominicanos, muchachos en la pubertad residentes en las Salinas (en la sureña provincia Peravia) en la República Dominicana y con la rara enfermedad de dihidro-testosterona, que los hace nacer con órganos femeninos, pero que a los 12 años, ya tienen un pene y testículos más grandes de lo normal, han llevado a investigadores médicos europeos a crear una medicina que busca corregir esa afección.

Algunos de esos muchachos nacen pareciendo “niñas” y sólo les crece el pene en la pubertad.

El medicamento denominado “blockbuster”, está ayudando a millones con la misma enfermedad, según dijo el doctor Michael Mosley, uno de los principales investigadores en el equipo científico del Reino Unido.

Johnny quien vive Las Salinas, es uno de los muchachos que como el de él y otros, son conocidos como "Guevedoce", que se traduce como "pene a las doce".

Al igual que los otros “Guevedoce”, Johnny fue criado como una “niña” porque no tenía testículos o el pene visible pero sí lo que parecía ser una vagina. Sólo cuando se acercó a la pubertad, su pene creció y los testículos descendieron.

Johnny, era conocido como “Felicita”, y recuerda ir a la escuela con un pequeño vestido rojo, aunque dice que nunca fue feliz haciendo cosas de muchachas.

"Nunca me gustó vestirme como una chica y cuando me compraron juguetes para niñas nunca me molesté en jugar con ellos”, relata Johnny.

Cuando se convirtió en masculino que fue objeto de burlas e insultos en la escuela y respondió con los puños.

"Se decía que era un diablo, cosas desagradables, malas palabras y no tuve más remedio que pelear contra ellos porque estaban cruzando la línea", narra Johnny.

A Carlos, lo llamaban “Carla”, quien a la edad de siete años estaba a punto de cambiar a hombre.

"Cuando tenía cinco años, me di cuenta de que cada vez que veía a uno de sus amigos varones, quería pelear con ellos. Sus músculos y el pecho comenzaron a crecerle. Se podía ver que iba a ser un niño. Lo amaba hubiera sido chica o muchacho, porque eso no hace ninguna diferencia, dijo la madre de Carlos.

La doctora Julianne McGinley, del Centro Médico Well - Cornell en Nueva York, estuvo en las Salinas en la década de 1970 atraída por los informes extraordinarios de que las “niñas” que se convierten en niños.

Cuando llegó se encontró con que los rumores eran ciertos.

Ella hizo una gran cantidad de estudios sobre los “Guevedoce” (incluyendo biopsias más en sus testículos) antes de finalmente desentrañar el misterio de lo que estaba pasando.

“Cuando usted está concebido normalmente tiene un par de cromosomas X si va a convertirse en una chica y un conjunto de cromosomas XY, si está destinado a ser masculino”, explica la doctora.

Añadió que “durante las primeras semanas de la vida en el vientre, no se define el sexo, aunque si es niña, ambos pezones comienzan a crecer”.

La doctora dijo que a las ocho semanas después de la concepción, las hormonas sexuales entran en juego. “Si usted es genéticamente masculino, el cromosoma Y instruye a sus gónadas para convertirse en testículos y envía la testosterona en una estructura llamada el tubérculo, donde se convierte en una hormona llamada dihidro más potente”.

Explica que “esto a su vez, transforma el tubérculo en un pene. Si eres mujer y no haces dihidro-testosterona entonces su tubérculo se convierte en un clítoris”.

Cuando el doctor McGinley investigó los “Guevedoce”, descubrió la razón por la que no tienen genitales masculinos cuando nacen y es porque son deficientes en una enzima llamada 5-alfa-reductasa, que normalmente convierte la testosterona en dihidrotestosterona.

La deficiencia parece ser una condición genética, bastante común en esa parte de la República Dominicana, pero infinitamente rara en otros lugares del mundo.

Los chicos, a pesar de tener un cromosoma XY, parecen mujeres cuando nacen. En la pubertad, al igual que otros niños, que reciben una segunda oleada de testosterona, el cuerpo no responde y brotan los músculos, los testículos y el pene.

Investigaciones médicas exhaustivas del doctor McGinley, mostraron que en la mayoría de los casos, el órgano masculino nuevo parece funcionar bien y la mayoría “Guevedoce” viven sus vidas como hombres, aunque algunos que quieran hacerse una operación, siguen siendo mujeres.


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