viernes, 30 de diciembre de 2016

Pércival

GRISBEL MEDINA R.
sonriete_gris@hotmail.com
Fuente, Listin Diario


Cuando el plomo se dispara desde una sola dirección no puede llamarse intercambio de disparos. Ningún policía fue herido en el asalto mortal donde murió acribillado John Emilio Pércival Matos, en Bonao. Las bombas lacrimógenas son propiedad de los organismos de seguridad. Las armas de guerra también. De modo que si un civil hace uso de ambas, los primeros cómplices son los cuerpos llamados a garantizar el orden y la seguridad nacional.

El historial del ex-teniente Pércival Matos fue tan ruidoso como la marea informativa alrededor de los hechos delictivos que se le endilgaron. Fue un joven con una vida rodeada de escándalos por robo, desde una avioneta (por cuyo caso fue descargado) y hurtos agravados, por el saldo de muertes que conllevaron. 

Sobre este caso, lo grave no es la madeja de contradicciones que dejan muy mal parada a la cúpula presidencial y a la jefatura policial. Lo más peligroso es que, el ruido por el asesinato de John Emilio Pércival Matos, en Bonao, amenaza con opacar el escandaloso soborno ascendente a 92 millones de dólares, que la constructora brasileña Odebrecht pagó a funcionarios e intermediarios del gobierno DOMINICANO entre 2001 y 2014.

La mal orquestada espuma alrededor de la escandalosa vida de John Pércival, intenta diluir el millonario y desvergonzado soborno pagado por Odebrecht a “servidores públicos”, que se sepa, aún sin identificar. Y si le sumamos los 600 millones de dólares en bonos soberanos -aprobados por el Congreso- para ser invertidos en las plantas de carbón que el Gobierno construye en Punta Catalina, Baní, el asunto sobrepasa los límites de la vergüenza, el desconcierto y el desaliento ciudadano.

A final de año hay fiesta y mañana gallo. También un chorro de oraciones y buenos deseos para el 2017. El reto mayor es sacudirnos, y dejar de ser un pueblo pendejo, abobado por cajitas de Navidad y el ruido que tapa los verdaderos asaltos políticos y crímenes contra el erario, contra el presente y el futuro de los dominicanos.

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