José Gómez Cerda.
A la memoria de don Augusto Guerrero, productor de televisión, quién durante muchos años fue compañero de trabajo de Yaqui Núñez del Risco.
Yaqui Núñez del Risco, nació el 4 de mayo de 1939, en Santiago de los Caballeros, y murió el 8 de septiembre de 2014, en Santo Domingo, Fue locutor, presentador de televisión, maestro de ceremonias, compositor, productor de televisión, y un gran ser humano.
Conocí a Yaqui Núñez del Risco, en el año 1962, después de yo haber regresado del exilio, donde estuve desde el 1959, hasta principios del 1962. El amigo Alfonso Moreno Martínez, con quién había compartido el exilio, me lo presentó como miembro del Partido Revolucionario Social Cristiano (PRSC).
En el PRSC el locutor oficial era Nobel Alfonso, quien, hacía los programas radiales, y servía de maestro de ceremonias. En esta época Yaqui Núñez del Risco se estaba iniciando, y aprovechó la educación y promoción de ese partido político para pertenecer al grupo de “Agitación y Propaganda”.
Conversamos por primera vez, en el local de los padres jesuitas, en Santo Domingo, en la casa social, situada Avenida Independencia esquina Socorro Sánchez. Ahí nos encontramos por mediación del padre Manuel González Quevedo, SJ, que era asesor espiritual de los dos.
Después, junto con Henry Molina, conversamos varias veces, en su residencia situada en la avenida San Martín, en una segunda planta, cerca del restaurante Vizcaya, donde vivía junto a su familia, su esposa Violeta Yanguela.
Él nos invitó a Henry Molina y a mí a un programa de televisión que tenía en la Voz Dominicana. Él no tenía la fama que tuvo luego, comenzaba en la televisión, era un programa para destacar al ser humano, la Persona, para hablar sobre la condición humana de las personas. Ese programa duró poco tiempo pues él no logró tener anuncios para sostenerlo.
En una de las conversaciones que tuvimos en su residencia, le pregunté porque él tenía una voz, cuando hablaba en forma coloquial, y otra cuando lo hacía para la televisión. Me explicó que él había estudiado lo que llamó “Impostar la voz”. Me dijo; “Una cosa es cuando tú hablas con familiares, amigos o conocidos, y otra es cuando hablas para un público, que muchas veces, tu no los conoces, no sabes quienes son, y debes hablar de la mejor forma, con respeto a quienes te escuchan”.
Cuando Yaqui regresó de Venezuela, después de estar en un curso sobre política, organizado por el Instituto de Formación Demócrata Cristiano (IFEDEC), con sede en Caracas, me dio saludos que me enviaron varios amigos venezolanos, entre ellos el Dr. Aristides Calvani, y el Dr. Rafael Caldera, quienes habían sido mis profesores cuando estudié en Venezuela, durante mi exilio antitrujillista.
Lo mismo hizo cuando regresó de Alemania, donde estudió por medio de la Fundación Konrad Adenauer, institución que colaboraba también con proyectos de los alemanes. Esta vez me trajo un saludo del amigo alemán, Manfred Huber.
Una vez el padre Manuel González Quevedo, SJ. Nos reunió a Yaquí y a mí, para darnos una lección de cómo tomar un texto, y de ese documento sacer las “Ideas fuertes”, o sea, hacer un resumen con las cosas más importantes del texto, para cuando uno va hablar en público tener, si es posible por escrito, o memorizar, lo importante a destacar.
Por eso Yaqui decía que; “se pueden improvisar las palabras, pero no las ideas”
Yaqui Núñez del Risco, me invitó una vez para almorzar en el restaurante del hotel Reyna de España, para comentarme que había leído mi novela “Unidos en la Lucha”, que le había gustado mucho, y en esta conversación me dijo que admiraba a dirigentes sindicales de la CASC, específicamente a Henry Molina, Gabriel del Río, y a mí, porque para él no éramos simples dirigentes sindicales, sino que teníamos aspectos de intelectuales sociales. Yaqui siempre fue un gran lector, y tenía todos los libros que yo había publicado.
Cuando Yaqui Núñez del Risco inició la sección de “Cultura con Sabrosura”, me invitó para que participara enviándoles algunos temas para esa sección; le envié cinco, que él incluyó en sus programas, entre ellas una que era para explicar quién era Albert Y Thomas: En aquella fecha la calle Albert Thomas, era una ruta de transporte muy conocida, que la mayoría de las personas creía que era un personaje norteamericano. En la explicación para “Cultura con Sabrosura”, yo explicaba que ese personaje, era un francés, primer director de la Organización Internacional del Trabajo (OIT).
Otra contribución para "Cultura con Sabrosura", fue para explicar las diferentes entre; “latinoamericanos, panamericanos e hispanoamericanos”, luego traté sobre otros temas culturales, pero con sabrosura. Yaqui estuvo muy contento con mis contribuciones, y otro aporte fue sobre la calle “La Guardia”.
En la sección de “Cultura con Sabrosura”, Yanqui iniciaba varios programas diciendo; “Yo no sabía”, pero, como Sócrates, él lo sabía todo.
En noviembre de 1974 Yaqui y yo nos reunimos, pues él quería varios datos personales sobre Florinda Soriano Muñoz (Mamá Tingö), él estaba preparando las letras de una canción para Johnny Ventura, para presentar los actos que organizaron llamado “7 días con el Pueblo”. Le di los datos que él me solicitó. Nosotros llamábamos a esa persona Doña Tingó, y Yaqui lo modificó y fue él que le puso “Mamá Tingó”.
Ese merengue, con sus letras fue un éxito, luego él le pidió a Johnny Ventura, que parte de las ventas de este disco, fuera para la familia de Mamá Tingó.
Dos veces me llevó a su programa de televisión "Otra vez con Yaqui", donde conversamos sobre temas sindicales, sociales y sobre las formas de escribir de un sindicalista.
Estando yo viviendo en Bélgica, una mañana me llamó Yaqui Núñez del Risco, estando él en Bruselas, para tener una conversación conmigo. El Dr. Eduardo Latorre, le había dado mi número de teléfono personal. Él viajaba junto con Freddy Beras Goico y Jimmy Sierra, comprando unos equipos de televisión en Japón.
Él quería que yo le explicara el proceso de unificación de la Unión Europea. Conversamos más de una hora, después lo acompañé a hacer algunas compras personales. Al otro día, fui a su hotel, y le entregué dos cassettes, grabados con programas de televisión de Francia.
Años después Freddy Beras Goico me informó que esos cassettes no pudieron ser reproducidos en otros sistemas, pues los formatos europeos son diferentes a los norteamericanos que nosotros usamos.
Me siento orgulloso de haber disfrutado de la amistad de Yaqui Núñez del Risco, aunque nuestras actividades eran distintas, él estaba en el mundo de la cultura y la farándula, y yo en actividades sindicales, nos encontramos y conversamos varias veces, con el mayor respeto.
Yaqui fue un maestro de la palabra, de la oratoria, de las presentaciones en público, de la radio y la televisión, también incursionó en la escritura. Lástima que él no escribiera sus vivencias en el mundo del espectáculo público nacional.
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