miércoles, 19 de junio de 2013

LA POLICIA Y SUS RARAS ESTADISTICAS

Por Henry Osvaldo Tejeda Báez

Llega el quejoso todo adolorido y asqueado por el abuso del que fue objeto por parte unos malhechores, quienes lo contactaron por vía del operador de una línea de taxi para que los trasladara a un lugar determinado, aprovechando para amordazarlo y lanzarlo en un camino oscuro en una noche lluviosa, además de robarle el vehículo.

El infortunado joven (amigo mío y conocido por toda la prensa romanense) fue a denunciar el atropello y el robo, ya que, los malhechores, le quitaron el vehículo y luego darse a la fuga.

En el cuartel de San Pedro de Macorís
_ ¿Es aquí dónde se reciben las denuncias? -preguntó el asaltado-
_Si aquí'e, que te pasó? -Le contestó un policía de esos a los que Raymond Pozo tan magistralmente imita.

_Sucede señor agente, que yo tengo una Van...-Aquí fue bruscamente interrumpido por el agente!
_ ¡Un momento amigo, no comencemos a hablar en inglés, míreme bien, yo soy der sur y no entiendo ese lenguaje ¡¿Qué es eso, dizque una Van? ¿Pa'dónde van? -Dijo algo molesto el agente, quien, mientras escuchaba al denunciante, se estaba sacando unas pelusas de mango de los dientes con los dedos, y volviéndoselas a comer.

_Agente, una Van es como una guagua pequeña, de esas que se parecen a las que trasnsportan a los zoneros de aquí, y que bla bla bla....
_ ¡Ah, bueno, ahora si tamo hablando! Dígame, adónde fue que pasó la vaina que todavía no me ha dicho?
_Entre La Romana y San Pedro, más o menos en el kilom...... -Aquí fue interrumpido de nuevo por el agente-
_Ya, parese ahí, no me siga contando má ¡váyase pa'la Romana a poné esa querella porque aquí tamo en San Pedro y esa pendejá pasó allá.
_Pero cabo, yo .......
_ ¡Na, ya le dije que la ponga en La Romana. Se paró y se largó a seguir comiendo mangos.

Nuestro amigo, no tuvo mas remedio que venir a La Romana a poner la denuncia. llegó al cuartel de la policía donde el sargento de guardia, y cuando el Saya *así les dicen a los sargentos, no sé por qué) le preguntó el lugar donde le pasó lo que le pasó, nuestro compungido amigo le dijo que fue entre San Pedro y La Romana. 

Ahí mismo lo cortó el policía, enviándolo de nuevo para San Pedro de Macorís
"Pero carajo, y qué maldita policía es esta a la que le estoy pagando con mis impuestos, para que no sirva para nada?" ¡Que asquerosidad de institución!

Nuestro héroe no tuvo más remedio que volver a San Pedro, donde un malhumorado policía lo miraba como si fuera un estorbo.

Y ahora, ¿qué carajo tú quiere otra ve? Ya te dije que aquí no podemos cogé la denuncia por que esa vaina que te pasó, fue en La Romana.

_Pero cabo, por Dios se lo ruego, voy a perder mi Van, perdón, quise decir, mi guagua, a esta hora deben estar picándola para venderla por pieza.
_ Pero e'que tu ta loco, o te ta haciendo el sonámbulo? Ya te dije que te vaya adonde te pasó la vaina.

Regresó a La Romana, y pasaba la misma situación, hasta que un oficial se tiró la oreja del reclamo de nuestro amigo, y le dijo al sargento de guardia:
_Es que usted quiere que lo boten de la institución, carajo? ¡Ande y tómele la querella que para eso ta usted ahí. Dijo con energía el oficial, mirando de soslayo al querellante...

Luego de recibir la orden de tomar la querella, el policía le argumentó al coronel que las órdenes superiores no eran esas, que mirara bien lo que estaba haciendo pa'que no se jodiera con el grandote.
Es cuando el oficial medio encojonado le dijo al alistado:
¡Coño, olvídese de las estadísticas y tómele la querella!

Hago un aparte en la historia, porque ahora recuerdo que el jefe de la policía ha dicho que la delincuencia ha bajado. Otro enano mental ha dicho que eso de que la delincuencia es solo un asunto de percepción. Desde que tomó la dirección de ese cuerpo, el jefe de la policía ha dicho como siete veces, que ha bajado la delincuencia. Pero sólo es sus estadísticas, no en las calles. 

Ahora me doy cuenta de que en realidad, no es la delincuencia que ha bajado sino, las estadísticas amañadas. Reunido con mis amigos, analizamos el realto del taxista asaltado y hemos llegado a la conclusión de que, no se toman las denuncias de los atracos y otras fechorías para no aumentar las estadísticas, pues todos los días se rinde un informe de las novedades diarias a la jefatura de la policía y si no aparecen las denuncias, es porque la delincuencia ha bajado. 

El policía tomó un papelito cualquiera, alegando que en el cuartel no había ni siquiera una mascota ni un papel decente donde escribir las querellas. Luego de esto le dijo al quejoso:
_Vamo, empiece uté, dígame to lo que le pasó?
_ Para ser lo más breve posible le diré que, yo trabajo en una oficina del gobierno, y como tengo mi vehículo yo me pongo a disposición de una línea de taxis, para cuando haya un servicio estar yo disponible. Ellos me llaman y yo acudo y me gano algunos pesos más.

_Como que esa vaina ta muy larga pa'ponela en ete papelito tan chiquito, pero siga, le pondré lo que coja. -dijo el policía-
Nuestro amigo le dijo que los asaltantes, luego de llevarlo donde querían lo obligaron a detenerse, lo amarraron de pies y manos, tapándole la boca para luego dejarlo tirado en un camino, oscuro y mojado por las lluvias, donde fue encontrado luego por una patrulla de la misma policía.

Nuestro amigo vio como que el policía estaba como muy lento en la escritura, por lo que le dijo que, aún no había terminado, y que necesitaba las certificaciones de pérdidas de sus documentos, a lo que el policía le dijo: _ Recuerde uté que tiene que dale al teniente 200 peso".
Nuestro amigo solo pensó: 
¡Santo cielo, en qué país es que vivimos! 

Si la policía dice que esto es mentira, por lo menos el argumento de lo que aquí, que vengan a La Romana y le pregunten a nuestro amigo Jesús Santana, un hombre serio de este pueblo. Cuando supe esto, le dije a Jesús: "Así dejó tu líder Leonel Fernández este país". No podía yo dejar de meter esa real cuñita.


elpidiotolentino@hotmail.com; elpidiotolentino@gmail.com
Imprimir

1 comentario:

Anónimo dijo...

Lo de las estadisticas sucedió en San Pedro. Yo escuché la historia y es así.