lunes, 25 de enero de 2016

Las promesas de los candidatos se repiten desde 1990

El PRSC, PLD y el PRD han gobernado el país los últimos 26 años, pero con ejecutorias que los alejan de sus programas

Por María Teresa Morel

Las campañas desplegadas por los tres principales partidos que han gravitado en el escenario político en los últimos 26 años se han basado en promesas para solucionar problemas ancestrales que aún siguen afectando a la población.

Las últimas ocho elecciones presidenciales, tienen en común que los programas de los candidatos plantean poner fin a males “endémicos” del país, como los apagones, rebaja de los precios de los alimentos, reducción de la pobreza, mejora del sistema educativo y de salud; más empleos, construcción de viviendas, combate de la corrupción, mejora de la seguridad pública y la independencia de los poderes estatales.

La convulsa campaña del año 1990 se desarrolló en medio de una severa crisis económica y social, atribuida a la inestabilidad cambiaria, que desencadenó en una inflación por encima del 100%, alza de los alimentos y largas filas para comprar combustibles y azúcar que provocaban incesantes protestas callejeras.

En ese contexto, se candidatearon por el Partido Reformista Social Cristiano (PRSC), Joaquín Balaguer, a la sazón presidente de la República; Juan Bosch, por el Partido de la Liberación Dominicana (PLD), y José Francisco Peña Gómez, en representación de un fragmentado Partido Revolucionario Dominicano (PRD). Todos prometían poner fin a la crisis que llevó a centenares de dominicanos a morir ahogados tratando de llegar en yolas a la vecina isla de Puerto Rico.

Campaña 1994-1996

Cuatro años después, los mismos actores volvieron a enfrentarse en el 1994, esta vez con un vigoroso PRD articulado en un frente opositor, conocido como el Acuerdo de Santo Domingo.

Mientras el gobernante de turno y aspirante a la repostulación, Joaquín Balaguer, prometía mantener estabilidad en el orden político, social y económico, asistencia social a los más desposeídos, construcción de acueductos y otras obras, el PRD, hablaba de un “Gobierno compartido”, cuyos propósitos se enfocaban en la reducción de la pobreza, la desigualdad, el analfabetismo y el atraso.

En tanto, Juan Bosch, junto al entonces desconocido Leonel Fernández, como candidato a la vicepresidencia, prometían crear más fuentes de empleo, mejorar la salud y educación del pueblo, aumento de salarios y combatir el hambre y la miseria.

“Será todo lo contrario a lo que han sido balagueristas y perredeístas; incapaces, promotores de la corrupción y el desorden, la prevaricación y la injusticia, que con su conducta han hipotecado la soberanía nacional y el futuro de la nación”, tronaba Bosch.

Al igual que en el 1990, los resultados de los comicios volvieron a ser objeto de cuestionamientos al darse por ganador a Balaguer y colocando al país en una gran crisis política por el descontento de los partidarios de Peña Gómez. La salida al impasse fue acortar dos años al período presidencial y la convocatoria a nuevas elecciones en el año 1996.

Campaña 1996-2000

Esta campaña se desarrolló en una coyuntura marcada por la salida de los dos caudillos del escenario electoral.

Un Bosch muy afectado por el Alzheimer fue relevado por Leonel Fernández, quien prometió impulsar un plan decenal de educación, acabar con los apagones en 18 meses, independencia de la justicia, enfrentar a los funcionarios corruptos, reducir la pobreza y universalizar el sistema de salud y seguridad social.

Mientras que, el empresario Jacinto Peynado, sustituto de Balaguer en la casilla colorada de la boleta, prometía mantener la estabilidad macroeconómica y social del país y el fortalecimiento de la dominicanidad y la soberanía nacional.

Peña Gómez hizo los mismos ofrecimientos de la campaña anterior.
Como ninguno de los candidatos logró alcanzar el 50% más uno de los votos establecido por el sistema de doble vuelta, impuesto para poner fin a la crisis electoral del 1994, se produjo una segunda vuelta, en la que una inesperada jugada de Balaguer a favor del candidato del PLD, con la formación del “Frente Patriótico”, terminó dándole la victoria a Fernández.

Campaña 2000-2004

Para el año 2000 y pese a sus limitaciones físicas, el nonagenario líder reformista, concurría por última vez a las elecciones presidenciales bajo el lema: “Una vez más por necesidad”, prometiendo impulsar la reforma agraria, salvaguardar la producción nacional, resolver el problema eléctrico, la construcción de viviendas y apoyo a la agricultura.

Mientras que, por el PRD, aparecía en la escena política, Hipólito Mejía, quien con su estilo campechano prometió un gobierno basado en el desarrollo humano, aumentando el gasto social del Estado para elevar la salud, la educación y la alimentación.

Un nuevo actor también surgió por el PLD: el ex secretario de la Presidencia, Danilo Medina, quien habló de la ampliación del desayuno escolar, libros gratuitos para la educación pública, reducción del desempleo juvenil y focalización de ayudas hacia las madres solteras y jefas de hogar.


Campaña 2004-2008

En este proceso, Hipólito Mejía, quien ganó las anteriores elecciones, se reelegía por el PRD, prometiendo mejorar la educación, el sistema de salud, la construcción de 400 mil viviendas, aumentar las horas de clase en las escuelas, creación de empleos y rebaja de los precios de la comida.

Leonel Fernández, quien reaparecía en busca de un segundo periodo, prometió un Gobierno que restableciera la confianza de los mercados y la estabilización de la prima del dólar disparada a niveles exorbitantes durante la administración del PRD. “Aspiro volver a la presidencia de la RD para que nadie en esta tierra se vaya a la cama con el estómago vacío”, proclamaba.

Eduardo Estrella, por el PRSC, ofrecía por su parte, una reforma tributaria equitativa, servicios prepagados de electricidad, control de gastos innecesarios del Estado y recuperación del dólar.

Campaña 2008-2012

En el pasado certamen, Danilo Medina, volvía a presentarse como candidato, ofreciendo que de ganar las elecciones su principal y primera medida sería asignar el 4% del PIB a la educación. Hipólito Mejía se presentaba una vez más, prometiendo trabajar por un país con mayor equidad y bienestar de la población, “pero para todos”. El PRSC no llevó candidato pues concurrió aliado al PLD.


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