martes, 5 de junio de 2012

CHÁCHARAS: MI PLEITO CON UN AMIGO


Por Henry Osvaldo Tejeda Báez
 
Es bueno tener gentes con las que uno tiene tan buena amistad, que por más relajos y cuerdas que te dan para picarte el juicio y luego reirse, uno sabe que son puras cherchas nada que ver con que afecten la buena relación de amistad; se las pasamos por alto, porque en realidad son puras bromas. Ahí radica parte de la sinceridad de una buena amistad.
 
Una vieja amiga de San José de Ocoa mi pueblo natal, vio una foto mía en Facebook  y encontrándome muy elegante (para el tiempo que hace que nací) y me lo hizo saber, no niego que me sentí orondo, tanto así, que tuve que decirle que le bajara algo, porque ni yo me estaba creyendo tantos elogios.
 
Aunque nadie puede negar, que en mi familia ancestral, los hombres eran (y son aún) tan hermosos como Adonis, de quién se enamoraron mujeres como Perséfone y Afrodita.
 
Sobre las mujeres de Ocoa, éstas no tienen nada que envidiarle a Helena, la esposa de Menelao el rey de Esparta, de quien se decía que era la mujer más bella y mucho menos envidia a Venus.
 
No tengo la culpa de haber nacido así, es que soy de San José de Ocoa y allá, es difícil encontrar otra cosa que no sea eso, verdaderos galanes y bellísimas mujeres. 
¡Dáte brillo cadenita, que tu moho llega!
 
Pero nunca falta alguien que te le echa un  pelo, un peine, una pasta de jabón, un ensalmo,  y todo  lo que tenga a manos, al sancocho. Apareció un amigo mío, un viejete rubio
que nació en Ocoa, pero que ha vivido toda su vida en La Romana.
 
 Un buen amigo, pero eso no le quita lo azaroso de encima.
Pues bien, ese "tumbatabique", care'mango, "cogefiao", "naríz para fumar lloviendo" y todos los calificativos hermosos que sé desde pequeño, pero que no caben aquí, se puso a decirme un "chorro" de disparates como: 
 
"Ese viejete si es agentao", "viejo verde", "viejo comunista que oye Rock and Roll"; "Viejo chacharoso" y hasta "viejete cascarrabia". 

Ese bofe con patas se las lució diciéndome  los  más "hermosos"  epítetos punzantes. Ahora, como decía mi madre cuando yo hacía algo malo, le digo a él, "espera el sebo".  El sebo, era la chancleta en el caso de mi mamá, en este caso, el sebo es mi Máuser (la lengua).
 
Cuando vi lo que escribió, lo único que hice fue, reírme y le contesté con dos o tres bochecitos suaves, haciéndole creer que le celebré "sus vainas", pero me quedé con eso en la cabeza y ahora es que me voy a dar gusto diciéndole aunque sea, algo de lo que pienso de él.
 
Tengo un arsenal de misiles lingüisticos en este juicio, aprendidos en más de 50 años de carrera en la universidad de las calles, callejones, plays, billares, "casas de citas", canchas, partidos políticos, y hasta en plena huida de policías, que me "encarrilaron" tantas veces, luego de yo haber quemado una que otra gomita vieja, iban voceándome todas las pleberías del mundo.
Usted los ve dizque serios pero, esos policías bien son plebes.
 
Le dije a mi amigo (tiene casi 60 años y...cuidao si más), que no sabía desde dónde él estaba escribiendo, porque hasta donde yo sé en el infierno donde supongo que él debe estar por las deudas que dejó aquí abajo, no hay Internet.
 
Pero que si me estaba escribiendo desde este lado del mundo, le dije mi inconformidad con las funerarias de estos tiempos, pues no sirven ni para comida de puerco porque, cómo  es posible que él se les haya escapado de la sala donde velan a los muertos, sin ellos darse cuenta.
 
Pero como la corrupción está de moda en todos los sectores, es posible que los dueños de esa funeraria hayan sido sobornados por la familia de mi amigo para que lo dejaran salir a fuñir la paciencia, incluyendo eso, entrar a un centro de Internet a escribir disparates contra mí.

Mientras le escribía esas cosas, también le iba hablando como si él estuviera  al lado mío. Era todo un escándalo y no me importaba que los vecinos me mandaran a callar. ese viejete necesitaba su merecido. 
 
Mientras me preparaba para decirle dos o tres vainas más, sentí que alguien me "jalaba" por los pies mientras decía:

_Pero hombre de Cristo, deja esa voceadera y ese pleito. ¿Te estás volviendo loco peleando sólo? ¿Porqué dices todas esas cosas de  Perelló? ¿Qué te ha hecho ese hombre? Eso me dijo mi esposa y siguió:
_ Para que sepas, ya la vecina me preguntó que, con quién estás peleando desde hace rato. 
 
¡Ay, mi madre! Me levanté "en bola de humo". 
Ya me  vinieron de nuevo esos sueños raros, creí que me había sanado de eso, pero les juro que esta vez no sé, que fue lo que me comí anoche, que no me cayó bien.



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