Por Freddy Avila/HOY
Fotos: Fuente externa
No hay que ser experto en política para entender que el manejo autoritario y antidemocrático que le da Miguel Vargas al Partido Revolucionario Dominicano sólo conduce a su debilitamiento institucional, a la apatía de la dirigencia, a la reducción de su base de apoyo social y en el último de los casos a la división del histórico PRD.
Escondiéndose en la aplicación de una supuesta disciplina se pretende llevar al partido, parodiando a Horacio Vásquez, a tener que escoger entre Miguel Vargas o que entre el mar.
Para Vargas, la institucionalidad se reduce a que lo apoyen como presidente del partido y candidato presidencial, pretendiendo de manera ilusa que el sector mayoritario se someta a sus desmedidas ambiciones sólo porque cuenta con el apoyo de las altas cortes, surgidas como fruto del Pacto de las Corbatas Azules que suscribió con Leonel Fernández.
De nada importan las reglas de la democracia, el respeto a las mayorías, la celebración de convenciones libres para escoger dirigentes y candidatos, cuando su papel a jugar no es político, sino de interés empresarial.
En los hechos, Miguel Vargas y una parte de los que él ha encumbrado en posiciones dirigenciales, representan una rama pro-peledeísta dentro del PRD, que actúan como quinta columna al servicio del leonelismo, que desesperadamente busca reciclarse para volver al poder en el 2016.
No debe sorprender entonces que el banco del Gobierno, dirigido a la sazón por un cuadro político del PLD, Vicente Bengoa, le haya otorgado un préstamo de 15 millones de dólares en pleno proceso electoral, violando las normas prudenciales y en privilegiadas condiciones.
El escándalo viene a arrojar luz sobre su actuación en la pasada campaña electoral, donde la mayoría de sus declaraciones públicas fueron fríamente calculadas para hacerle daño al candidato Hipólito Mejía.
Dicen que no hay peor cuña que la del mismo palo y el daño que se le viene haciendo al PRD reduce seriamente la posibilidad de que llegue al poder en los próximos años.
Leonel Fernández no pudo encontrar mejor aliado en su afán de reciclarse que Miguel Vargas, ya que así el comprobado desastre de su administración no ha encontrado una oposición fuerte que lo denuncie y lo evidencie frente al país.
El trabajo aquí lo han hecho la sociedad civil organizada, sectores de la prensa no comprometidos y grupos emergentes de jóvenes que han encabezado el decoro y la dignidad nacional frente a la grave corrupción de aquellos ocho años de gobierno.
Para los que hoy están en la cúspide del PRD, junto al presidente del partido, aquí no ha pasado nada y si algo vi no me acuerdo.
Por ello es que decimos que Miguel Vargas gana, cuando el PRD pierde.
(El autor es periodista de La Romana)
elpidiotolentino@hotmail.com; elpidiotolentino@gmail.com
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